Es un procedimiento que se realiza con este fármaco que se usa en Medicina Estética, que cuando se inyecta la toxina botulínica actúa disminuyendo la contracción de los músculos faciales temporalmente, dejando la piel tersa y tonificada, corrigiendo las arrugas y previniendo su progresión. Las inyecciones de toxina botulínica debilitan y paralizan determinados músculos, bloqueando algunos nervios.
El colágeno es una proteína que se encuentra apenas por debajo de la piel y entre las capas profundas de esta. El envejecimiento y el daño ocasionado por el sol pueden producir la disminución del colágeno. Esto hace que la piel de la cara se estire y se caiga, lo cual crea arrugas tenues.
La toxina botulínica puede utilizarse para hacer que estas arrugas sean menos visibles Las líneas y arrugas muy tenues se forman cuando comienza a disminuir la cantidad de colágeno de la piel.
Es un tratamiento poco doloroso que tiene las ventajas de no necesitar un tiempo de recuperación ni tampoco de cuidados y a diferencia de otros tratamientos de rejuvenecimiento de la piel, no hay problemas en exponer la piel al sol.
Una técnica muy solicitada por pacientes que desean tener un rostro con aspecto más joven sin necesidad de pasar por un quirófano.
Los efectos de la inyección no son inmediatos, se empiezan a revelar una vez transcurridos tres o cuatro días, dependiendo de cada paciente. Los resultados son altamente satisfactorios.
Además, según el paciente el efecto de la toxina botulínica puede durar entre cuatro y ocho meses; por lo que para mantenerlo se deberán realizar tratamientos de recordatorio.
Conoce las nuevas técnicas y los avances en el uso de la toxina botulínica.
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